Viernes 25 de septiembre de 2020 - 00:01 | Fuente: La Voz del Interior ( Clic aquí )
El dique Los Molinos, una maravilla que estuvo muchos meses oculta
Fue terminado en 1951 pero recién se pudo inaugurar y conocer dos años después, ya que fue necesario realizar un desvío de 12 kilómetros para poder apreciarlo.
Aunque sea difícil de creer, durante dos largos años, la maravillosa estructura curva del Dique los Molinos, pese a estar finalizada, no pudo ser conocida por turistas, amantes de la ingeniería ni aficionados a contemplar las grandes realizaciones del hombre.
Durante todo ese tiempo fueron muy pocos los que pudieron admirar su estructura imponente, con sus 60 metros de altura, sus 240 metros de largo y 12 de ancho, todo lo cual se ubicaba en una agreste y estratégica hondonada, cuyo cierre fue capaz de crear un lago de 2.110 hectáreas.
'El Dique se terminó en 1951 pero, como no había camino, porque originalmente iba por donde quedó el lago, tuvieron que hacer un desvío de 12 kilómetros. Y fue recién el 23 de octubre de 1953 cuando se inauguró, porque ese año se finalizó la ruta nacional 36', cuenta Carlos Maldonado en su libro 'Los Molinos Complejo Hidroeléctrico'.
Para Maldonado, esta represa forma parte de su propia historia de vida, ya que nació en el campamento donde vivían sus familiares, y su propio padre, tíos y dos de sus abuelos trabajaron en la realización de tan imponente obra.
Estaba ubicado en lo que hoy es Villa La Merced, desde donde salieron todos los días los obreros de la entonces empresa estatal Agua y Energía de la Nación, la constructora Sollazzo Hermanos y la empresa Techint, encargada de instalar los equipos para la generación de energía hidroeléctrica.
Múltiples beneficios
El espejo de agua generado por esa majestuosa obra que tanto se tardó en conocer es recorrido por tres rutas y refleja un paisaje coronado por vegetación autóctona y bosques de coníferas productoras de madera.
El lago tiene una capacidad de 307 hectómetros cúbicos y ocupa buena parte de lo que fue el denominado Potrero de Tutzer, hoy Potrero de Garay, gracias a un dique que fue capaz de embalsar las aguas de cuatro ríos que en el verano generaban un descontrolado caudal que provocaba inundaciones y estragos en las localidades que estaban cuenca abajo, como Río Segundo, Pilar, Villa del Rosario, Despeñaderos y Villa Concepción del Tío.
Se trata de los ríos Los Reartes, Del Medio, Los Espinillos y San Pedro, los que se unían para formar el río Los Molinos, que se se junta luego con el Anisacate y forman el río Xanaes (Segundo).
En los tiempos en que fue construído, se había impuesto la utilización de estos embalses para la generación de energía y, por eso, se aprovechó para la instalación de dos usina. A todos esos beneficios se sumarían pronto dos más: primero el turismo y, luego, la posibilidad de proveer de agua a zona sur de la ciudad de Córdoba, para lo cual se construyó el Canal Los Molinos, que cubre una distancia de 60 kilómetros para llevar el suministro hasta la Planta Los Molinos, la que aporta servicio para casi medio millón de cordobeses.
Los Molinos no está sólo, ya que integra un complejo de dos obras conexas que se completa con el dique La Quintana. Es el segundo espejo de agua más grande de la provincia de Córdoba y sus aguas se utilizan también para la pesca y actividades deportivas sin motor.
Quienes han tenido el privilegio de conocerlo, seguramente se estremecerán al conocer el dato de que durante dos años casi nadie pudo apreciar su majestuosa belleza.